Estuvimos en la mágica Mendoza. Aterrizamos en Plumerillo, nos subimos a un auto y recorrimos los principales departamentos vitivinícolas cercanos a la capital de la provincia, para luego viajar por la interminable R40 hasta San Rafael.
Fue una semana intensa pero productiva, el objetivo: recorrer la mayor cantidad de viñedos y bodegas orgánicos o biodinámicos posible. Así visitamos ambiciosos proyectos como Bodegas Krontiras, emprendimiento de importantes dimensiones en Lujan de Cuyo, que hoy funciona a un 15%/20% de su capacidad productiva. Estuvimos luego en SuperUco de los hermanos Michelini y en Finca Dinamia de Alejandro Bianchi; todas ellas biodinámicas.
Recorrimos también bodegas que comenzaron su proyecto durante los 90′ tildados de locos cuando nadie hablaba de lo «orgánico» (yo los llamaría adelantados) y siguen dando batalla aún hoy cuando son muchos los que se suman a esta nueva moda del vino orgánico. Un gran reconocimiento para todos ellos: Familia Camargo, una pequeña bodega en Las Paredes – San Rafael o sus vecinos de Rama Caida: Familia Ibarra de larga tradición orgánica quienes se encuentran hoy en proceso de certificación de su propia bodega luego de trabajar en ese sentido durante décadas para terceros.
También grandes bodegas orgánicas como Familia Cecchin en el Departamento de Maipú de larga tradición orgánica, o Domaine Bousquet en Tupungato, una bodega joven si se quiere pero que comenzó desde su inicio a producir con prácticas orgánicas.